Zona Arqueológica de Malinalco

Nombre de oficial recinto: Zona Arqueológica de Malinalco

Se le conoce por otro nombre: Cerro de los Ídolos

Horario: Martes a domingo de 10:00 a 17:00 horas.

Teléfono del recinto: 01(722) 215-7080 / 01 (722) 215 – 8569 / 01 (722) 213 9581. Ext. 198031

Dirección: Calle Amajac s/n, Barrio Santa Mónica, 52440, Malinalco, Estado de México. Se ubica a 99 km de la Ciudad de México, por la carretera a Toluca llegar hasta La Marquesa, dirigiéndose posteriormente a Tenango del Valle; a la altura del pueblo de Jajalpa se toma la desviación hacia Malinalco. De la ciudad de Toluca está a 70 km, siguiendo la vía a Tenango- Jajalpa.

Director o encargado: Antrop. Humberto González Limón

Correo electrónico: cinah_edomex@inah.gob.mx  / humberto_gonzalez@inah.gob.mx

Zona Arqueológica de Malinalco

Conóceme

La zona arquelógica de Malinalco se ubica en el municipio de Malinalco, es una estructura arquitectónica monolítica de grandes dimensiones en el país.

La construcción de esta estructura se remonta al periodo Proclásico Tardío, fue una templo de ritos de preparación militar de la civilización mexica. Malinalco significa “lugar donde se adora a Malinalxóchitl” diosa mexica responsable de la hechicería y otras artes oscuras, hermana de Huitzilopochtli; sin embargo la zona arqueológica retoma este nombre del antiguo poblado sin mantener ninguna relación con los rituales consagrados a dicha diosa.

Valórame

Entre las construcciones que alberga, destacan los puestos de vigilancia y control estratégico, pues se encuentran situadas de tal manera que desde ellas puede observarse claramente el valle de Malinalco en su totalidad.

En este conjunto de vestigios destaca el denominado Cuauhcalli o “Casa del Sol”, el edificio principal de este conjunto arquitectónico. Se trata de una magnífica obra de arte labrada en la misma montaña, construida a principios del siglo XVI durante el gobierno del Huey Tlatoani mexica Ahuizotl.

El basamento tiene las características arquitectónicas y escultóricas de un construcción mexica: a los lados de la escalinata se aprecian los restos de dos ocelotes (uno de los símbolos imperiales aztecas) y, en la parte central, se distinguen apenas los vestigios de lo que pudo haber sido un portaestandarte. La puerta del edificio representa las fauces abiertas de una enorme serpiente que muestra los colmillos y la lengua bífida tendida en el piso; ésta simboliza al “monstruo de la tierra” Tlaltecuhtli, en su advocación Coatlicue. A los lados se encuentran esculpidos dos pedestales, uno representa un huéhuetl o tambor forrado con piel de ocelote; el otro a una serpiente con escamas en forma de punta de flecha, por lo que se le ha identificado como Izcóatl “serpiente de guerra”. Sobre estos se encuentran los restos de efigies humanas. En el interior del recinto se encuentra un águila con las alas plegadas esculpida en piedra y en cuya base existe un pequeño hueco. Ésta se ha identificado como cuauhxicalli: recipiente donde se ofrendaba el llamado chalchiuatl (sangre humana), que era el alimento sagrado de los dioses. El conjunto ceremonial cuenta con otras estructuras relacionadas con prácticas bélicas y religiosas. Entre ellas tenemos la estructura V un posible temalacatl, lugar donde se realizaban sacrificios gladiatorios. El edificio III, conocido como el Tzinacalli “la casa donde se quema” está formado por dos cuartos, el primero es rectangular y el segundo es circular.

Protégeme

El Cerro de los Ídolos, con su impresionante arquitectura monolítica, es uno de los pocos ejemplos de este tipo de arquitectura en América.

Se construyó sin el uso de la rueda ni herramientas metálicas sin aparentes fallas técnicas. La historia de Malinalco es sumamente antigua y se remonta a épocas prehispánicas al haber sido poblado por las culturas teotihuacana, tolteca, matlazintla y azteca. De estas dos últimas culturas, aún perdura una importantísima Zona arqueológica, ubicado a la orilla de un precipicio de 125 metros de altura en la cima del Cerro de los Ídolos al oeste del poblado. A este lugar acudían los guerreros águila a realizar ritos esotéricos para su iniciación como guerreros aztecas.

La riqueza arqueológica de Malinalco es abundante y por algo se ha constituido en uno de los yacimientos prehispánicos más relevantes del territorio mexiquense.